23 de jul. 2008

Todos somos Lebowski

A veces, hay un hombre. No diremos un héroe, porque ¿Qué es un héroe? Se trata de El Nota, protagonista de El Gran Lebowski, holgazán irredento y, ahora, epicentro de las convenciones de fans Lebowskifest. Nueva mierda ha salido a la luz.

Si algún día van por Louisville, Kentucky (USA) y ven andando por la calle a una cinta de Credence Clearwater Revival, no se alarmen. Ni se han vuelto majaretas, ni las cassettes han cobrado vida y van a conquistar la tierra. Se trata sólo de que se han cruzado con un asistente a la convención Lebowskifest, eventos en los que unos cientos de fans (y algún actor) de la película de los Hermanos Cohen El Gran Lebowski (1998) se juntan en una bolera para repetir frases del guión, beber rusos blancos y llevar disfraces al uso. Estas celebraciones de-todas-las-cosas-Lebowski se vienen celebrando anualmente en distintas ciudades americanas desde octubre del 2002, organizadas por cuatro fans de la película (autodenominados Achievers, o Triunfadores). La idea se les ocurrió en una convención de tatuadores en la que dos de ellos regentaban un stand de camisetas. “Para matar el tiempo”, afirman, “nos enzarzamos en nuestro habitual método de entretenimiento: Citar frases de El Gran Lebowski (...) Uno gritaba: “¿Quieres un dedo?”. Y otro contestaba automáticamente: “Puedo conseguirte un dedo. Hay formas de hacerlo, Nota. No quieres saberlo, créeme”. Aquel día se les empezaron a unir espontáneos en una gran catarsis Lebowskiana, iluminándoles bíblicamente: Eran muchos, y debían multiplicarse. De ahí las Lebowskifest, iglesias de la religión del Notismo.

Para comprender esta variante californiana del Zen es obligatorio haber visionado la película un número insano de veces. Y haber asimilado la historia de Jeff Lebowski, alias El Nota, un vago de siete suelas, parado y ex-radical universitario (miembro de los “Siete de Seattle” junto a “otros seis tíos”), que es confundido con un millonario de igual nombre. En el deshuevante guión -una mezcla de El Sueño Eterno y Cheech & Chong: Seguimos fumando- El Nota (Jeff Bridges), pide ayuda a sus coleguitas Walter (John Goodman) y Donny (Steve Buscemi) para recuperar la alfombra, la pasta, la vida.

Pero detrás de esa comedia trompicada hay una moral, casi un credo. Porque esto no es Vietnam, después de todo; la vida requiere reglas. Para los Achievers está claro que ni el nihilismo ni el pacifismo son la respuesta. Ni tampoco el nacionalsocialismo, aunque -como argumenta Walter en el filme- “al menos tenía un ethos”. La solución es el Notismo, una filosofía de la vida basada en los atributos y aficiones de El Nota: tolerancia (“El Nota aguanta” es su principal aforismo), bolos, bebidas alcohólicas, cintas de El Sonido de las Ballenas y, qué sé yo, ¿Alfombras que dan ambiente a la habitación?

A los Achievers no les falta razón. Casi todo en la vida puede resolverse con axiomas del film: ¿Que alguien les agrede? Estás a punto de entrar en un mundo de dolor. ¿Que en la INEM les preguntan si buscan un empleo con esa pinta, en un día laborable? ¿Qué día es hoy? ¿En el bar de donde les están echando? Me quedo aquí disfrutando de mi café. Disfrutando de mi café. ¿En el banco, ante una cuenta llena de telarañas? Quiero el puto dinero. ¿Discutiendo con sus amigos? Calla de una puta vez, X. O mejor: No estás en tu elemento, X.

Eso no quita que los Achievers estén un poco p’allá, algo que queda patente al examinar las instantáneas recopiladas en el libro I’m a Lebowski, you’re a Lebowski: tíos disfrazados de bolos, de Jesús (el chicano que interpreta John Turturro), la mencionada cinta de Creedence... El libro contiene también curiosidades, tests de Notismo (Pregunta: “¿Cuál es su álbum favorito de los Eagles?” Respuesta correcta: “Odio a los putos Eagles”), entrevistas con los actores y, muy curioso, inspiraciones para los personajes. Los cuatro Achievers que firman el libro desvelan todas estas cosas y muchas más (por ejemplo, que la palabra fuck sale 281 veces; compruébenlo en You Tube con The Big Lebowski Fucking Short Version), lo que hace dudar de su salud mental. Pero al menos se lo pasan en grande, y eso es más de lo que se puede decir de muchos amargados de este planeta.

La conclusión es que no sabemos qué hace tan grande al Nota. Podría ser que, como afirma John Turturro, “Dios es el Nota”. Jeff Bridges apunta en el prólogo del libro que el secreto reside en las palabras de El Extranjero al final de la película: “Es bueno saber que está ahí fuera, El Nota, tomándoselo con calma por todos nosotros, pecadores”. Porque el mundo va demasiado rápido, y, en efecto, muchas veces nos hace sentir fuera de nuestro elemento. En esos casos, recuerden al Nota y sólo murmuren: A la mierda, tío.


I’m a Lebowski, You’re a Lebowski; Life, The Big Lebowski and what have you
Bill Green, Ben Peskoe, Will Russell & Scott Shuffit (prólogo de Jeff Bridges)
Bloomsbury, 2008

http://lebowskifest.com/

Kiko Amat

(Artículo publicado originalmente en el suplemento EP3 de El País el 18 de julio de 2008)