13 d’oct. 2009

Por favor, no insulten a la clase trabajadora

Por Vicenç Navarro

Publicado en el diario digital el PLURAL, 5 de octubre de 2009

El artículo critica la terminología utilizada en las culturas mediáticas y políticas del país para definir su estructura social, agrupando a los españoles en tres categorías: clase alta, media y baja, transformando a España en un país de castas, en el cual se define a amplios sectores de la clase trabajadora como clase baja.


Si ustedes leen la prensa o escuchan la radio o ven la televisión se darán cuenta que términos como burguesía, pequeña burguesía, clase trabajadora o lucha de clases (términos todos ellos utilizados ampliamente por las dos tradiciones sociológicas más importantes del mundo occidental, tanto la weberiana como la marxista durante la mayoría del siglo XX) han desaparecido prácticamente de la narrativa mediática y política del país. Aquellas voces aisladas que utilizan tales términos son inmediatamente acusadas de “anticuadas” o lo que es peor, son marginadas, mantenidas en cuarentena para impedir el contagio a la población.
Resultado de esta discriminación de estos términos del lenguaje hemos visto su sustitución por otros términos, agrupando la ciudadanía de España en tres clases sociales: los ricos, los pobres y la clase media, que está entre los dos polos, el de arriba –los ricos- y el de abajo –los pobres-. En esta nueva tipología, la mayoría de la ciudadanía está y se define como clase media. A las otras dos clases se las llama clase alta (a los ricos) y clase baja (a los pobres). De ahí que la nueva estructura social agrupa a los españoles en clase alta, clase media y clase baja.
En las encuestas sobre la estructura social, se le pide a la población, como consecuencia de este entendimiento de la nueva estructura social de España, que se defina, preguntándole, ¿es usted de la clase alta, de la clase media o de la clase baja? Y como es predecible, la mayoría de la población se define como clase media. De ahí que la gran mayoría de los medios de información y persuasión toman estas encuestas como muestra de que somos un país de clases medias. Tengo que reconocer que si un encuestador me para en la calle y, como parte de la encuesta, me pide, “¿es usted de clase baja?”, le contestaré mirándole fijo a la cara “y su madre también”, pues tal categorización es un insulto, independientemente de la voluntad del encuestador que sin ninguna duda no intenta insultar. Pero la pregunta es insultante. Y sin embargo se hace constantemente. En realidad, en estadísticas del estado español esta definición se hace incluso más detallada, con lo cual a los españoles se nos cataloga de clase alta, clase media alta, clase media baja y clase baja. Yo sugerí irónicamente que se añadiera otra categoría, la de baja baja. España, con esta nueva tipología se transforma en una sociedad de castas, con la casta superior, la casta media y la casta baja.
Un ejemplo reciente de tal manera de analizar la estructura social fue una encuesta que se publicó en El Periódico sobre la clase social de las audiencias televisivas. En tal encuesta se evaluaba la audiencia no sólo por su tamaño, sino también por su clase social, es decir, siguiendo la nueva terminología, clase alta, clase media y clase baja. Como que la encuesta de la audiencia valoraba más la audiencia de clase alta que la de clase baja, tengo curiosidad por saber cuantos televidentes del programa de clase baja equivalían a uno de clase alta. En esta visión, nos agruparon a los españoles en sectas (perdón, clase social) en la que unos están en la clase alta y otros en la clase baja, con la clase media por en medio.
Este tipo de lenguaje se ha ya generalizado y supone un insulto a los grandes sectores de la población trabajadora no cualificada y que queda agrupada bajo la categoría de clase baja. Me recuerda a aquella expresión utilizada por la oligarquía que gobernaba España durante la dictadura, que se refería a las personas de clases trabajadoras como “pertenecientes a las clases humildes”. No era infrecuente que se utilizara el término “pobre pero honrado”, asumiendo implícitamente que la mayoría no eran honrados, pues en caso de serlo no habría necesidad de aclararlo. Esta expresión, por cierto, continúa utilizándose. Así, en La Vanguardia, propiedad de la familia burguesa Godó en Cataluña, se publicó recientemente un artículo sobre el muy popular entrenador del Barça, Pep Guardiola, cuyos padres son obreros, a los cuales el artículo se refería como de “familia humilde pero honrada”. Esto está escrito en el año 2009, año que ha visto un enorme número de casos de latrocinio y corrupción en la burguesía catalana, lo cual parecería justificar que se utilizara la expresión para definir a una persona de clase alta, como un “burgués pero honrado”, categoría que comienza a ser una excepción.
Me parece correcta la expresión de persona de renta alta, mediana y baja. Pero me parece insultante que se hable de clase alta, media y baja. En realidad los términos burguesía, pequeña burguesía, clase media y clase trabajadora (a la cual pertenece la mayoría de españoles) son términos científicos y por lo tanto válidos tanto en el siglo XIX como en el XX y XXI. La ley de gravedad es muy antigua pero no es anticuada. Si no lo cree, salte de un cuarto piso y lo verá. Naturalmente que la composición de cada clase ha ido variando. Así por ejemplo, la clase trabajadora en la mayoría de países desarrollados está constituida por trabajadores de servicios, en lugar de cómo antes, de trabajadores de la manufactura. Pero clases existen y ello es fácil de demostrar. Las cifras de mortalidad lo confirman. En general, hay una relación entre como la gente muere y como vive. En España un burgués vive dos años más que un pequeño burgués, el cual vive dos años más que un profesional de clase media, el cual vive dos años más que un trabajador cualificado, el cual vive dos años más que un trabajador no cualificado, el cual vive dos años más que un trabajador no cualificado con más de cinco años en paro. La diferencia entre el último y el primero son diez años (repito, diez años. En la UE-15 son siete años). Las distancias de años de vida son promedios y en general son menores entre las clases de renta superior que no entre las clases populares. Simplificar esta realidad y ponernos a todos en un sistema de castas en que la mayoría estamos en la media es una política de las “clases altas” para hacerle olvidar a usted y a mi que hay clases sociales en España, ocultando también que hay una lucha de clases que la clase alta gana casi cada día, incluso configurando el lenguaje que se utiliza en la cultura mediática y política del país.
Una última observación. Le ruego al lector que, si está de acuerdo con este artículo, lo envíe a cualquier periodista, tertuliano o político que utilice tales términos, exigiéndole que no insulte a la clase trabajadora de este país, que aún cuando su renta es baja, la clase no es una casta baja.

10 d’oct. 2009

¡Pioneros! #6: Mike Stax

¿En qué momento de tu vida has sido más feliz?
El día que nació mi hijo, en junio del 2006.

¿Cuál es tu mayor temor?
Estar aburrido.

¿Cuál es tu primer recuerdo?
Tragarme un imperdible cuando tenía dos años y medio.

¿A qué persona (viva) admiras más y por qué?
A Phil May, por que és el más grande cantante de rock’n’roll que sigue vivo. Él vive y hace música según sus propias reglas

¿Cuál es el rasgo que menos te gusta de ti mismo?
La postergación.

¿Cuál es el rasgo que menos suele gustarte de los demás?
La ignorancia.

¿Dónde te gustaría vivir?
13 Chester Street, Londres, en 1964.

¿En qué época histórica te gustaría haber vivido?
En los sesenta (de hecho ya lo hice pero era un niño pequeño)

¿Cuál sería tu superpoder?
Poder viajar por el tiempo a voluntad.

¿Qué te deprime?
El estado del mundo hoy en día.

¿Has estado alguna vez en una pelea?
No desde que era un niño.

¿Matarías?
Sí, pero sólo para proteger a la gente que amo.

¿Quién haría de ti en el biopic de tu vida?
Basil Rathbone.

Haznos una lista de tus (4 o 5) libros favoritos.
Lucky Jim – Kingsley Amis
The Heart of the Matter – Graham Greene
Mountolive – Laurence Durrell
The World at Night – Alan Furst
Down With Skool – Geoffrey Willans & Ronald Searle

Si es posible, Haznos una lista de tus (4 o 5) discos/canciones favoritos.
The Pretty Things – Get the Picture
The Psychedelic Sounds of the 13th Floor Elevators
The Misunderstood – Before the Dream Faded
Q65 – Revolution
Bob Dylan – Blonde on Blonde

¿Vinilo, CD o MP3?
Vinilo, vinilo, vinilo.

Haznos una lista de tus (4 o 5) películas favoritas
The Third Man
If…
Vertigo
The Fall of the House of Usher
A Hard Day’s Night

¿Tienes unos zapatos favoritos?
Sí, mi mejor par de Chelsea boots de piel negra.

¿Cuál es tu olor favorito?
El bosque de noche.

¿Y tu comida?
Mejicana y alemana.

¿Y tu bebida?
Vino tinto.

¿Cómo te defines políticamente?
A la izquierda del centro.

¿Cuál es tu placer culpable?
Los reality shows.

¿Qué les debes a tus padres?
Más de lo que les puedo devolver.

¿A quien invitarías a tu fiesta ideal?
Kingsley Amis, Brian Jones, Bob Dylan, Bo Diddley, John Lennon, Phil May, Orson Welles, Lenny Bruce and Nico.

¿Qué palabras o muletillas usas más a menudo?
“Fuzz-driven”, “haunting”, “wailing harmonica”, “great” y algunas más.

Si pudieses cambiar tu pasado, ¿Qué cambiarías?
Borraría todo el tiempo que pasé preocupándome por las chicas y las relaciones sentimentales. Podría haber invertido mejor todo ese tiempo.

¿Cuando fue la última vez que lloraste, y por qué?
Halloween del 2008: Roky Erickson cantando “Splash One” en directo.

¿Cómo te relajas?
Deslizándome por toboganes en los parques infantiles.

¿Has estado alguna vez a punto de morir?
Probablemente en un accidente de coche hace quince años. Un coche chocó con el mío por detrás, una tabla de surf salió disparada del techo de su coche, atravesó el cristal trasero del mío y pasó a pocos centímetros de mi cabeza.

¿Qué consideras tu mayor logro?
Mi hijo. Y 26 años haciendo Ugly Things.

¿Qué te hace dormir mal?
Mi hijo. Y preparar los próximos UglyThings.

¿Qué canción o canciones te gustaría que sonaran en tu funeral?
“Death” y “Old Man Going” de los Pretty Things.

¿Dónde te gustaría estar ahora mismo?
En la playa, en Aruba.

¿Cuál es tu posesión más preciada?
Mi memoria.

¿Cómo te describirías a ti mismo?
Una obra en proceso.

¿Cómo te gustaría ser recordado?
Como el hijo de mi padre.

(Mike Stax nació en la década equivocada. Un fanático de la música y la cultura de los años sesenta, Mike Stax se trasladó desde el Reino Unido a San Diego en 1981 para unirse a su banda favorita, los Crawdaddys. Dos años más tarde lanzó Ugly Things, la revista que lleva editando desde hace 26 años, dedicada en cuerpo y alma a sacar a la luz a bandas oscuras de los años 60 y curiosidades sobre su banda favorita, los Pretty Things, siempre. Aparte de con Crawdaddys Mike Stax ha tocado con bandas míticas de garaje atemporal como los estupendos Tell-Tale Hearts, The Hoods o The Loons. Es considerado (con razón) una eminencia en lo que a música de los sesenta se refiere y ha escrito notas para numerosas reediciones de discos de los años 60, incluido los aclamados boxsets de Nuggets. No hara falta decir que admiramos a este tío con fervor religioso. Sus respuestas son exclusivas para La Escuela Moderna)

2 d’oct. 2009

¡Pioneros! #5: Irvine Welsh

¿En qué momento de tu vida has sido más feliz?
Ahora mismo.

¿Cuál es tu mayor temor?
Morir sin haber visto a los Hibs ganar la Scottish Cup / Que los Hibs ganen la Scottish Cup estando yo con vida.

¿Cuál es tu primer recuerdo?
Una bombilla. Mirar hacia arriba desde mi cuna. Mi padre sacando mi conejo de peluche por la puerta para decirme buenas noches.

¿A qué persona (viva) admiras más y por qué?
Iggy Pop. Es el cabrón más cool del planeta y un auténtico caballero.

¿Cuál es el rasgo que menos te gusta de ti mismo?
La agresividad.

¿Cuál es el rasgo que menos suele gustarte de los demás?
La mezquindad.

¿Dónde te gustaría vivir?
Sydney.

¿En qué época histórica te gustaría haber vivido?
En los años 50. Los Hibs tenían un gran equipo por aquel entonces.

¿Cuál sería tu superpoder?
Irán.

¿Qué te deprime?
El clima en el Reino Unido e Irlanda.

¿Has estado alguna vez en una pelea?
Si, cuando era más joven en unas cuantas. Pero he dejado de hacerlo, es mucho menos digno cuando envejeces.

¿Matarías?
Por supuesto, en defensa propia. Sólo un tonto no lo haría.

¿Quién haría de ti en el biopic de tu vida?
No creo que nadie fuese lo suficientemente estúpido para aceptar el papel.

Haznos una lista de tus (4 o 5) libros favoritos.
Diary de Chuck Palahniuk
Crimen y Castigo de Dostoievsky
The Fighter de Craig Davidson
There is a Bonnie Fitba Team de Ted Brack

Si es posible, Haznos una lista de tus (4 o 5) discos/canciones favoritos.
Colin Hay “Overkill (acoustic version)”
I Am Kloot “Gods and Monsters”
The Jam “Pretty green”
Joy Division
Half Man Half Biscuit “Oven Gloves”

¿Vinilo, CD o MP3?
Todos.

Haznos una lista de tus (4 o 5) películas favoritas
Trainspotting
Mean Streets
La Dolce Vita
Orphans

¿Tienes unos zapatos favoritos?
Sí. De cuero rojo.

¿Cuál es tu olor favorito?
Cocaína.

¿Y tu comida?
Haggis.

¿Y tu bebida?
Cerveza en verano, vino tinto en invierno.

¿Cómo te defines políticamente?
Extrema izquierda en un 90% de los temas, de centro en un 5%, y de derechas en un 5%.

¿Qué es lo que menos te gusta de tu aspecto?
Soy demasiado atractivo.

¿Cuál es tu placer culpable?
Ver una caja entera de series de TV en un par de días.

¿Qué les debes a tus padres?
Mi buena educación y mi sentido del humor.

¿A quien invitarías a tu fiesta ideal?
La gente que me me gustaría que asistiera a esa fiesta son mis amigos actuales. Ellos saben quienes son.

¿Qué palabras o muletillas usas más a menudo?
Demasiado a menudo: No volveré a beber.
Insuficientemente: Tengo que pasarme por Tynecastle y ver como juegan los Hearts.

Si pudieses cambiar tu pasado, ¿Qué cambiarías?
Cuando era yonqui estafé a unas cuantas personas. Reparar este daño siempre es doloroso y ocupa mucho tiempo.

¿Cuando fue la última vez que lloraste, y por qué?
Leyendo un artículo de John Hughes, el manager de los Hibs, sobre su infancia en Leith junto a su hermano.

¿Cómo te relajas?
Voy al pub y me echo unas risas con los colegas.

¿Has estado alguna vez a punto de morir?
He estado cerca unas cuantas veces. La vez en que la vi más de cerca fue un día en que me caí por las escaleras; por suerte mi amigo Bill Hillman me agarró del brazo y me rescató a lo Spiderman.

¿Qué consideras tu mayor logro?
Casarme con mi mujer. Es una mujer excepcional.

¿Qué te hace dormir mal?
Las historias que escribo.

¿Qué canción o canciones te gustaría que sonaran en tu funeral?
"Sunshine on Leith” sonará en mi funeral me guste o no. También estoy considerando “Hypo full of love” de los A3.

¿Dónde te gustaría estar ahora mismo?
¡En Miami Beach!

¿Cuál es tu posesión más preciada?
Mi ordenador portátil.

¿Cómo te describirías a ti mismo?
Como un buen tipo capaz de ser un cabrón, o como un cabrón capaz de ser encantador.

¿Cómo te gustaría ser recordado?
Ver respuesta anterior.

(Irvine Welsh no necesita presentación. Es el pelotudo escritor escocés, working class y ex-punk, que escribió -entre muchos otros- Trainspotting, uno de los mejores libros sobre juventud de clase obrera echada a perder que se han escrito jamás. Gracias a Welsh la pilastra cósmico-literaria se nivela hacia el lado bueno, y lo honesto de su obra contrarresta la pesadez aerofágica de todos los escritores pomposos que viven del cuento y la metaliteratura. Welsh es uno de los nuestros, forever. Sus respuestas son exclusivas para La Escuela Moderna)

Joe Meek: paranoia, pop y satélites

Telstar La historia del maníaco productor londinense de los 60’s es uno de los pocos biopics dignos de los últimos diez años.

Biopics; tienden a ser chungos, no me digan que no. La primera vez que recuerdo salir vomitando-riendo-llorando de un cine (ese peculiar trío de sensaciones que le acometen a uno tras haber sido estafado de forma grotesca) fue con The Doors, de Oliver Stone, cuando la estrenaron en 1989. Dios, qué invadeable oceano de excremento es esa película. Llega Stone a vivir cerca del Palacio Balañá y le vamos a buscar a su casa con antorchas y horcas, en plan muchedumbre linchadora.
Desde aquel fatídico inicio no he visto casi ningún biopic digno, y he visto muchos. ¿Ray? Estaba psé si uno accedía a creerse que uno de los músicos más drogadictos y jodidos del blues era en realidad Papá Noel. ¿Sid & Nancy? Boba, llena de clichés y encima yanki a traición. ¿Dreamgirls? Más cursi que El Rey León II. Y poco a poco, timo a timo, uno va perdiendo la esperanza.

¡Salvados!
Como siempre, han tenido que venir los ingleses a sacarle las proverbiales castañas del fuego al biopic. El Mesías es un guaperas llamado Nick Moran, a quien ustedes quizás recuerden de actor en Lock & stock (1998). O no. En todo caso, Moran es un tío decente, como demuestra el hecho de que haya escrito y dirigido un biopic deprimente y duro sobre uno de los genio-majaras más colosales del pop, el productor Joe Meek.
Meek no estaba bien, eso está claro; Telstar no ahorra detalles para convencernos del paupérrimo estado mental del protagonista. Junto a su talento autodidacta convivían una latente demencia y un lado oscuro que ríanse ustedes del Barón Ashler. Por un lado (el bueno), Meek grabó en su estudio casero de Holloway Rd. -Londres- a algunos de los artistas pop más importantes del momento, y su hit “Telstar” de The Tornados fue el primer #1 del Top 100 americano conseguido por un inglés. Quizás Meek no fuese un genio (no sabía leer música, y se comunicaba con los músicos mediante ruiditos: “Haz un bum-bom con un pret-zont”), pero sin duda era un manitas de la electrónica con inacabable imaginación y visión sónica. La lista de canciones chulas que produjo con un micro en el inodoro y una batería en el pasillo (literalmente) es demasiado numerosa para nombrarla aquí. Pero digamos sólo que la película empieza con “Crawdaddy Simone” de The Syndicats, ese espitado cachiporrazo de R&B fiera. Y que la siguen las extrañamente inquietantes y pegadizas tonadas de Meek: “Just like eddie”, la macabra “Johnny remember me” o la increible “Jack The Ripper” (para el pillao de Screaming Lord Sutch), sin mencionar las decenas de instrumentales locos, western-cosmonáuticos, que expulsaba de su cabeza como butifarras.

Por el lado malo estaba su interés por Lo Oculto (decía comunicarse ultratumba con Buddy Holly y Eddie Cochran), su consumo de anfetaminas-como-Juanolas y su torturada condición de homosexual cuando aún era ilegal en Inglaterra, lo que le reportaría un dañino caso de chantaje y constante mala prensa. Todo ello le fue sumiendo en un laberíntico estado de psicosis (Decca me ha pinchado el teléfono, Phil Spector me espia, etc), que culminaría en su suicidio el 3 de noviembre de 1967. Meek se pegó un tiro (tras matar a su casera) el día del 8º aniversario de la muerte de Buddy Holly.

Moran podía haber pintado a Meek como una especie de malogrado Willy Wonka, raro-entrañable perdedor con declive lacrimógeno y aureola Ed Wood, pero se niega. Telstar echa fuego a la leyenda, cómo no, sólo que aquí la leyenda es más Hansel y Gretel -todo mal fario y paranoia- que Ricitos de Oro. Joe Meek aparece en ella como un auténtico orate, peligroso la mayoría de las veces, confuso y manipulador las otras, aunque siempre brillante y avanzado. La película puede verse como biopic a secas, y atrapa desde cualquier perspectiva, aunque es innegable que la fascinación por el pop y los 60’s ayuda. Además, esto no son los sesentas reusados de Carnaby St., Mary Quant y los Beatles; la película está centrada en uno de mis periodos favoritos de la historia inglesa, el hiato 1956-1963, esa frontera extraña en que Londres aún no ha hecho bum y lo sobrevuela todo el espectro del blitz y el racionamiento, emergen el rock’n’roll y los coffee bars y toda la pesca. Y se hace la luz. La ambientación y el aire general, en este sentido, son insuperables.

Si les hace falta más, fans del cine digno, sepan que sale Kevin Spacey haciendo de almidonado socio de Meek con convincente acento inglés. Y, fans de la intrascendente trivia britrock, que haciendo el zángano por ahí detrás están el ex-Libertines Carl Barat (como Gene Vincent) y Justin de The Darkness (como Lord Sutch). Pero tranquilos, que no la fastidian; Telstar sigue siendo imprescindible. No se la pierdan.
Kiko Amat

(Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia del 9 de septiembre del 2009)

Kung fu verbal anarquista


El mono borracho en el ojo del tigre dialéctico: Elogio de la anarquía por dos excéntricos chinos del siglo III es un compendio de polémicas de la época en las que se enfrentan beatniks avant la lettre contra defensores de los príncipes. No sólo ya existían en la China de entonces anarquistas y fascistas enzarzados en una tangana universal, sino que, si uno ignora el puntual detalle místico (menciones a inmortales y unicornios), el resto de debates versan entorno a temas de completa actualidad.

Vean sino “De la inutilidad de los príncipes”. Un combate de lucha libre retórica que enfrenta al misterioso Bao Jingyan contra Ge Hong, alias Baopuzi, “El maestro que abrazaba la simplicidad”. La simplicidad y la espada, cabe añadir, pues Hong se destapa como una mezcla de José María Aznar y el Neal de Els Joves. Entre alusiones al “huevo cósmico” y la “pilastra primordial”, este antiguo cargo oficial lanza su rap pre-demagogia: “Una vez instituidos lo noble y lo villano, se aprecian las recompensas y se temen los castigos”, “el mal es un fenómeno natural y (...) las gentes inferiores resultan difícilmente corregibles” y otras lindezas de think tank facha-mandarín. Bao Jingyan le rebate con la paciencia de un Noam Chomsky en kimono, pero es difícil aplastar al ñu con razonadas cosquillas de pluma.

Xi Kang (223-263) utiliza otro método para contestar el “Ensayo sobre la condición espontánea del gusto por el estudio” de Zhang Miao, donde se viene a decir que alguna gente nace para el trabajo intelectual y otros para la plantación. En su refutación, Xi Kang (poeta, bailarín y “bebedor impenitente”) despedaza a su adversario con la furia de mil linces. Kang, una especie de Guy Debord del siglo III, le espeta que “vuestras aulas de estudio no son más que salas mortuorias, que los textos que recitáis de memoria son como palabras proferidas por espectros de difuntos (...) que el humanitarismo y la justicia apestan a putrefacción, que la lectura de libros chamusca los ojos, que las genuflexiones y las reverencias provocan joroba (...) y que conviene deshacerse de todo ello para comulgar con la dimensión original de los seres”.
Puro surrealismo anarco-comunista, sólo que casi dos mil años antes. A Xi Kang le mataron poco después de decir estas palabras (era de esperar), pero aquí quedan sus exabruptos como inspiración infinita para futuros karatekas libertarios.
Kiko Amat

Elogio de la anarquía por dos excéntricos chinos del siglo III
Polémicas del siglo tercero seleccionadas y presentadas por Jean Levi
Pepitas de Calabaza
Trad. del chino por Albert Galvany
175 págs.

(Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia del 9 de septiembre del 2009)