Desde la aparición de Napster, las grabadoras de CD's y los "top-mantas" que a las grandes corporaciones y sus vasallos (i.e. SGAE), viendo peligrar el sustento de ejecutivos y mandamases (los músicos se la sudan, no os engañeis), se les llena la boca de palabras grandilocuentes cuando intentan colarnos que el fin de la industria discográfica significará también el fin de la música. "Asustaros pecadores, si os grabais los CDs y os bajais cosas de internet matareis la música!"
No hace falta pararse a pensarlo mucho para darse cuenta que esta afirmación es una de las cosas más estúpidas y arrogantes que jamás hayamos oído, y como siempre trata de aprovecharse de la buena fé de la gente para argumentar sus intereses corporativos y comerciales.
Creo que todo el mundo debería tener derecho a grabar, bajarse o hacer con la música lo que le pasara por los winflins y más si pensamos a donde va todo el dinero que pagamos tanto en impuestos como en recargos estúpidos. Y eso lo digo sin ser una persona a quien le guste especialmente descargar música por internet por varias razones: a) no tengo banda ancha b) me gusta poner la música físicamente (abro envoltorio, coloco disco, giro la cara,…) y por tanto no escucho música por el ordenador y c) creo que la mayoría de gente no se baja música por el placer de escucharla sino por el vicio de tenerla, cosa que demuestran frases como "Dejo el PC enchufado durante días y me bajo las discografías enteras de todos los grupos, DVD's de todas las películas y blah blah blah", a lo que yo respondo "¿Y te da tiempo a escucharlo todo?". La respuesta suele ser "No, uh… pero así ya lo tengo".
Pero creo firmemente que lo que las majors temen tanto no va por estos derroteros.
Cuando se habla de éste "fin de la música" no puedo evitar pensar en esas escenas creativas en ebullición, nuevos movimientos, nuevas bandas… y en los sellos que los ayudan y mantienen creando, en Dischord, Touch&Go y todas esas discográficas honestas que siguen vendiendo tantos o más discos que antes de ésta supuesta "crisis del sector".
Ellos son el opuesto exacto de la Industria musical corporativa y demuestran que cuando se habla de la industria discográfica y de cómo "siempre ha funcionado así", con toda ésta jerarquía, éste derroche de dinero en promoción innecesaria, esta manipulación y encumbración de productos inocuos sin ningún talento, etc. no es más que una burda mentira para encubrir el verdadero estado de las cosas.
Los medios de comunicación de masas (o por lo menos las revistas musicales) tienen que darse cuenta de que hay una manera mucho mejor y infinitamente más honesta en la que un sello discográfico puede funcionar, deben proclamarlo a los cuatro vientos y que la gente vea que el único problema es cómo funciona ésta industria del disco capitalista, avariciosa y manipuladora y no si un día van a desaparecer los discos o los CDs.
Kill Rock Stars, K records, etc. demuestran que el proyecto de producir y vender discos (no música, la música en sí no puede ni debe ser vendida cómo tal) existirá mucho después de que el gigante corporativo discográfico muera comido por su propio cáncer. Y demuestra que la transición desde una industria musical corporativa hacia una industria controlada por pequeñas comunidades y pequeños negocios hechos por y para fans no es una cosa a la que temer sino que hay que encumbrar y desear. De hecho es todo lo contrario: ensalzar la creatividad y el riesgo de las bandas por medio de la confianza de la discográficas, que son gente como ellos, apasionados de la música, y no un cerdo fascista gordo, fumando un puro en un despacho de Miami.
Creo que el debate debe dejar de centrarse en "como salvar la industria del disco" sino más bien en si realmente hace falta salvarla. La gente ha de tomar posiciones sobre lo que realmente está hundiendo lo que hace 30 años era una industria próspera y eso no son más que las repugnantes prácticas comerciales de las majors: coartar el riesgo y la creatividad, hinchar abusivamente los precios, hundir escenas independientes con sus contratos de exclusividad, etc. Esto es lo que hunde su mercado y no los top-mantas.
Pensad en toda la gente a la que le importa un pimiento que se hunda la industria del disco y lo dicen y repiten en todas las entrevistas, ya sean Fugazi, Godspeed you black emperor, Calvin Johnson o Hello Cuca, y por otra parte, recordad a todos los que estaban el otro día en La Zarzuela con el "Zapatitos" y Teddy "el Canario" Bautista pidiendo ayudas para salvar la putrefacta inbdustria musical corporativa (creo recordar ver a Loquillo, Amaral, La Oreja de Van Gogh) y decidid por vosotros mismos.
Uri Amat