Aunque este blog no será utilizado nunca para colgar mensajes atribulados, ni reflexiones de letrina, sí merece la pena hacer excepciones cuando pasan cosas gordas y obscenas y terribles. O sea: el aniversario de Primavera Sound. Ni en Bendito Atraso ni en La Escuela Moderna consideramos que haya nada que celebrar, y por supuesto volvemos a declararnos enemigos personales de éste y todos los demás macrofestivales, como ya hemos hecho en incontables ocasiones en artículos de prensa, revistas musicales y berreando en barras de bodega. Los festivales son la raíz de todo mal, se lo tenemos dicho y lo repetiremos las veces que haga falta, y van a traer la muerte del pop libre (el que nace por amor, sin afán de lucro) tal y como lo conocimos.
Haríamos una larga reflexión intelectual sobre el porqué de ésta, nuestra vieja animosidad, pero qué sentido tiene cuando alguien ya lo ha dicho perfecto. Vayan aquí y lean las razones del colaborador de La Escuela Moderna Carlos Alonso Romero. Razones que, a la sazón, son exactamente las nuestras. Suscribimos incluso sus comas.