Mis recuerdos de la fecha exacta están un poco borrosos, pero creo que fueron los Beatles, una colección de Beatles Oldies en LP, y también el Music for your pleasure de los Roxy Music. Debía ser en 1973, porque era justo antes de ir secundaria y tenía 10 años. Pero antes de eso ya cantaba (a los 2 o 3 añitos) con cualquier cosa que sonara por la radio, y luego les pedía a mis padres que me compraran el single. “Pedí prestado” su tocadiscos portátil cuando tenía 6 o 7 años, y para entonces ya poseía una docena de singles, incluyendo un par de los Beatles, el “Be my baby” de las Ronettes, unos cuantos de los Thunderbirds y el... ¡“Snoopy versus The Red Baron” de los Royal Guardsmen!
¿Cuál ha sido el último? ¿Qué estás coleccionando en estos momentos?
El último que he comprado ha sido el “Boobar come back to me” de los Tindersticks en 45 rpm. Y últimamente estoy coleccionando discos de bailes absurdos de los 50 y 60 que hablen de:
- Gallinas
- Conducir borracho
- Gatos
- Fumar cigarrillos
- Cocinar
- Jardinería (no me topo con muchos, de momento)
- Indios nativos americanos (estoy buscando desesperadamente el “Mr. Custer Stomp” de The Scouts).
¿Cuál es tu hallazgo más precioso? ¿Qué disco consideras la joya de tu colección?
Hay demasiados para poder mencionarlos aquí, pero desearía que me enterraran con una copia del Funhouse de los Stooges.
¿Artwork y portadas favoritas?
La verdad es que no tengo niguna favorita. El arte del LP debería ser algo inseparable de la música que contiene, y los dos van entrelazados. El diseño del logo del sello, por otro lado, es un tema distinto. Supongo que cosas como el diseño rojo/negro de los singles de Atlantic de mediados de los 60 aún me provoca escalofríos en la columna vertebral, mayormente porque la música que simbolizan solía ser grandiosa.
¿Cómo tienes ordenada tu colección?
Rock, jazz, soul, gospel, Hot-Rod, Grupos de Chicas, bandas sonoras.
¿Sabes cuántos discos tienes?
Ni idea. Acabo de vender 300 y el hueco de los desaparecidos ni se distingue.
¿Cuál es/era tu tienda de discos favorita?
Intoxica, en Londres. Da Capo, en Utrecht (Holanda). Strider, en Greenwich Village (NYC). Bop Street, en Seattle (WA.). Todas las demás cerraron ya.
Cuéntanos el episodio más memorable de tus días de cazador de discos (un timo, un error, un triunfo, un encuentro, un robo, una conversación...)
Hay demasiadas, generalmente acontecidas en los Estados Unidos. Pero ahí van unas cuantas:
- Tuve que ayudar a una niña de 12 años con sus deberes de matemáticas porque prometió dejarme arrastrar debajo de su cama, donde su papá guardaba un montón de LPs. ¡Valió la pena!
¿Cuál ha sido el último? ¿Qué estás coleccionando en estos momentos?
El último que he comprado ha sido el “Boobar come back to me” de los Tindersticks en 45 rpm. Y últimamente estoy coleccionando discos de bailes absurdos de los 50 y 60 que hablen de:
- Gallinas
- Conducir borracho
- Gatos
- Fumar cigarrillos
- Cocinar
- Jardinería (no me topo con muchos, de momento)
- Indios nativos americanos (estoy buscando desesperadamente el “Mr. Custer Stomp” de The Scouts).
¿Cuál es tu hallazgo más precioso? ¿Qué disco consideras la joya de tu colección?
Hay demasiados para poder mencionarlos aquí, pero desearía que me enterraran con una copia del Funhouse de los Stooges.
¿Artwork y portadas favoritas?
La verdad es que no tengo niguna favorita. El arte del LP debería ser algo inseparable de la música que contiene, y los dos van entrelazados. El diseño del logo del sello, por otro lado, es un tema distinto. Supongo que cosas como el diseño rojo/negro de los singles de Atlantic de mediados de los 60 aún me provoca escalofríos en la columna vertebral, mayormente porque la música que simbolizan solía ser grandiosa.
¿Cómo tienes ordenada tu colección?
Rock, jazz, soul, gospel, Hot-Rod, Grupos de Chicas, bandas sonoras.
¿Sabes cuántos discos tienes?
Ni idea. Acabo de vender 300 y el hueco de los desaparecidos ni se distingue.
¿Cuál es/era tu tienda de discos favorita?
Intoxica, en Londres. Da Capo, en Utrecht (Holanda). Strider, en Greenwich Village (NYC). Bop Street, en Seattle (WA.). Todas las demás cerraron ya.
Cuéntanos el episodio más memorable de tus días de cazador de discos (un timo, un error, un triunfo, un encuentro, un robo, una conversación...)
Hay demasiadas, generalmente acontecidas en los Estados Unidos. Pero ahí van unas cuantas:
- Tuve que ayudar a una niña de 12 años con sus deberes de matemáticas porque prometió dejarme arrastrar debajo de su cama, donde su papá guardaba un montón de LPs. ¡Valió la pena!
- Una caja de discos de 78rpm se me cayó en la cabeza mientras reptaba por el ático-trastero de cierta tienda de discos y perdí el conocimiento. ¡No valió la pena!
- Fui a la casa de dos hermanos que me prometieron que tenían miles de LPs. Los tenían. Incluso el lavabo estaba hasta arriba de discos. Llegué a las 9:00 de la mañana y me fuí de allí a las 18:00 de la tarde con el coche lleno hasta los topes. Mientras yo buscaba por entre sus cajas, los dos hermanos habían pasado el día sentados delante de la televisión, viendo hardcore porno, bebiendo birras y debatiendo por qué sus mujeres los habían abandonado. Sé que los $5000 dólares que les pagué por su colección se invirtió en las mejores putas de Pennsicola.
- Volví a una tienda que había visitado un año antes, y allí me mostraron el artículo que había aparecido hacía un año en un periódico local sobre un misterioso inglés (yo) que se había dejado una pasta en discos raros en la tienda. ¡Con fotos incluidas!
- Recuerdo también aquel propietario de tienda de discos que se había quedado calvo y ahora se pintaba el pelo negro con un rotulador.
- ¿Y aquella vez en que (valientemente) traté de explicarles a un par de miembros de los Last Poets la razón por la cual a un tío blanco de Blackpool (yo) le gustaba tanto su música y quería comprar su colección de discos?
En fín, la lista sigue.
¿Ha cambiado tu perspectiva del coleccionismo de discos desde la aparición de Ebay y la compra por Internet?
La mía no, pero aparentemente la del resto de la gente sí.
¿Aireas tu colección? Es decir: ¿Pinchas discos o realizas una actividad didáctica similar?
Pues sí. Echad un vistazo al club Stag-o-Lee y el Myspace del The Cellar para más detalles. Gracias.
- Fui a la casa de dos hermanos que me prometieron que tenían miles de LPs. Los tenían. Incluso el lavabo estaba hasta arriba de discos. Llegué a las 9:00 de la mañana y me fuí de allí a las 18:00 de la tarde con el coche lleno hasta los topes. Mientras yo buscaba por entre sus cajas, los dos hermanos habían pasado el día sentados delante de la televisión, viendo hardcore porno, bebiendo birras y debatiendo por qué sus mujeres los habían abandonado. Sé que los $5000 dólares que les pagué por su colección se invirtió en las mejores putas de Pennsicola.
- Volví a una tienda que había visitado un año antes, y allí me mostraron el artículo que había aparecido hacía un año en un periódico local sobre un misterioso inglés (yo) que se había dejado una pasta en discos raros en la tienda. ¡Con fotos incluidas!
- Recuerdo también aquel propietario de tienda de discos que se había quedado calvo y ahora se pintaba el pelo negro con un rotulador.
- ¿Y aquella vez en que (valientemente) traté de explicarles a un par de miembros de los Last Poets la razón por la cual a un tío blanco de Blackpool (yo) le gustaba tanto su música y quería comprar su colección de discos?
En fín, la lista sigue.
¿Ha cambiado tu perspectiva del coleccionismo de discos desde la aparición de Ebay y la compra por Internet?
La mía no, pero aparentemente la del resto de la gente sí.
¿Aireas tu colección? Es decir: ¿Pinchas discos o realizas una actividad didáctica similar?
Pues sí. Echad un vistazo al club Stag-o-Lee y el Myspace del The Cellar para más detalles. Gracias.
(Nick Brown es ex-miembro del grupo de punk retorcido The Membranes, aunque también tocó ocasionalmente su violín en discos de otros, como My Bloody Valentine. Siempre ha sido un collector obsesivo, y desde hace años co-regenta con mano de acero y grandioso desdén por turistas y advenedizos su emporio vinílico en Portobello Road, Intoxica Records. Su trabajo requiere el mismo esfuerzo y voluntad de acero que el de un alcohólico que fuese propietario de un bar, así que desde La Escuela Moderna le deseamos: ¡Suerte, Nick! Y por cierto: no hay fotos conocidas de él en ninguna parte)