30 de juny 2010

Yo Fui #6: Joni Destruye



¿Dónde estabas tú en el 77?
Uff! Depende del día y la hora, pero la mayor parte del tiempo en el colegio San José Oriol del Eixample, haciendo lo que entonces se denominaba cuarto de EGB.

Eres de los primeros punks certificados en tu ciudad. ¿Cómo, cuándo y por qué entraste en contacto con tu subcultura? ¿Y a qué edad firmaste?
Desde luego no soy de los primeros punks de Barcelona, precisamente me giraba cada vez que por las calles del centro me cruzaba con alguno de esos primeros punks, o cuando el “Garrote” aparecía por la puerta del colegio. Entré en contacto en lo musical a través de mi hermano, Ferran, alla por el 78 o 79, pero la “firma” fue gracias a Radio Pica, en el 82, cuando tenia 14 años. Supongo que lo que me empujó fueron las ansias de libertad total y las ganas de aprender, y lo que me ligó creo que fue la desfachatez, el “morro” de todos los punks y las punks que iba conociendo... Era una búsqueda. Vive y deja vivir, pero de una manera un poco agresiva (que no violenta).

¿Formaste parte de algún otro culto antes del punk, o fue éste tu primer amor?
Musicalmente había escuchado muchas cosas, desde Iceberg a Tequila, desde Queen a Rolling Stones, aunque era un crío, pero el hecho de tener un hermano tres años y pico mayor me dio esa posibilidad. A parte del rock más gamberro cantado en castellano (Burning, Cucharada, Red Box, Ramoncín y cosas de ese estilo de mediados de los setenta) lo que realmente me enganchó fue el punk.

¿Qué recuerdas del momento concreto en que pasaste a ser Uno de Ellos?
Hubo diversas fases, al escuchar por casualidad Radio Pica (y en concreto el primer disco autoproducido de Barcelona, el de Almen TNT, que juraría que pincharon Mario y Magda del grupo Xeerox y el programa La noche de los zombies) me enteré de que existían unas publicaciones que se llamaban fanzines y, puesto que dieron la dirección de una tienda de cómics donde se vendían (Star, en lo que era Vía Layetana y hoy es Pau Claris), me dirigí hacia alli. Ese día decidí empezar a hacer un fanzine, que salió unos meses después y se llamo Barna Rock. Con esa excusa empecé a conocer gente como los Kangrena o como Último Resorte (que me marcaron muchísimo y que sí eran de los primeros), pero me faltaba coincidir con la gente de mi quinta, pues yo tenia catorce tacos y los músicos de esas bandas seis o siete años más que yo. Esa fue la segunda fase, cruzarme con los chavales punks uno, dos o tres años mayores que yo que acostumbraba a encontrarme por el centro y entrarles; era la gente de Odio Social (que después catalanizaron el nombre), algunos de los que después montaron Skatalà, Frenopatikss... Ahí sí, ahí me empecé a sentir uno más.

¿En qué situación recuerdas que se encontraba la cultura popular, o las subculturas rock’n’roll, cuando tú te empezaste a sentir atraído por ella?
Era un momento de cambio, de choque, transgresión total, salíamos del abismo. Yo ya con once o doce años iba al Mercat de Sant Antoni y me compraba Star, Vibraciones y otras revistas pioneras. Aún siendo un crío podía comprarme la gran Star, que podía incluir un cómic con penetraciones homosexuales, otro sobre yonquis, y leer sobre los grupos que me llamaban la atención. Como he dicho me interesaban las bandas mas salvajes, las que se atrevian a decir que “si Dios no existe aquí reino yo”, las que me explicaron que “me enseñaron a andar pero me prohibieron correr”, las de cantantes que tenian “ la garganta roja de gritar, los higados negros de tanto tragar”, las de “les voy a robar su dinero para comprar mas gasolina y seguir pegando fuego”, que sólo salian en ese tipo de revistas. Al principio me daba la sensacion de estar solo, un poco loco, pues mi hermano aún era mi hermano (después fué, además, mi amigo) pero cuando descubri Radio Pica y todo ese mundo escondido me encontré como pez en el agua. Por suerte vivimos una época en que habia libertad de expresión y ganas de llegar hasta el final. Con todo lo que me enseñaron esas revistas siendo un crio, nunca me influyeron para hacer nada que yo no quisiera; quiero decir que fumo porros pero nunca me he chutado, por ejemplo.

¿Cuál era la reacción de la gente corriente a tu imagen? ¿Violencia, pitorreo, asombro, admiración...?
Yo no era muy exagerado, y siempre he sido bastante vergonzoso (cosas de la maldita educación cristiana, supongo). Al principio, entre lo que me cortaba yo y lo que me cortaban mis padres, era bastante discreto, pero con el tiempo me fui soltando. La verdad es que lo que dijera o pensara la gente me era indiferente, principalmente era asombro, aunque, claro, si te cruzabas con cualquier facha siempre podia surgir la violencia. De todas formas no todo era la imagen, aunque no fueras muy exagerado en el vestir (habian muchos punks que pasaban bastante desapercibidos o que eran, por imagen, difícilmente clasificables) podias llamar la atención de otras maneras: recuerdo un dia que subimos cuatro colegas al metro en hora punta, sólo uno iba claramente de punk, pero nos dio por pintar el vagón con frases al uso, causando estupor entre los numerosos pasajeros pero sin que absolutamente nadie nos dijera nada; tendriamos entre quince y dieciocho años.

¿Existían, según lo recuerdas, enemistades entre las distintas bandas juveniles?
Por mi parte siempre me llevé bien con la mayoría de gente que se movía por la Barcelona nocturna y rockera de aquellos tiempos, tenía colegas rockers, mods, nuevaoleros, y por supuesto habia mucha gente de dificil clasificación. Problemas a nivel de “bandas” con acciones organizadas solo tuvimos colectivamente con los “Centuriones” y con los nazis que vestian como skins. Precisamente con los nazis, al principio, se dieron algunas situaciones de “todos contra ellos” (punks, mods, rockers, skins...) pues estaba claro que venian a provocar y escogian cualquier victima tan solo por dar la nota y marcar terreno (como los perros).

¿Se diferenciaba mucho el ambiente punk de extrarradio del urbano?
Yo siempre fui muy urbano, muy de Barcelona, y la mayoria de mis colegas también, sí que pienso que si nosotros buscabamos el ambiente degradado para encontrarnos como en casa, ellos lo tenian mas facil, pues obviamente las diferencias en aquella epoca entre Barcelona Ciudad y los barrios y poblaciones colindantes eran mas marcadas que actualmente. Pero en el fondo creo que todos buscábamos lo mismo.

¿Cuándo y cómo recuerdas empezar a sentirte acompañado? Es decir: ¿Cuándo empezaron a afiliarse nuevos miembros a tu club? ¿Quiénes eran?
Como he explicado, lo mio fue una decision individual, no fue que con los colegas del cole fueramos explorando y nos encontraramos esta opcion; lo mío fue una necesidad visceral y hasta que no encontré esta gente creo que no me senti yo mismo. Por otro lado, mi entrada en sociedad fue, como he dicho, por dos vias, pues a la brava empecé a hacer un fanzine sin conocer absolutamente a nadie, lo que implicó comprar los dos o tres fanzines existentes (Rompeolas, Radio Carolina...) y empezar a traves de ellos a buscar contactos de grupos para entrevistarlos (algunos de los cuales no habia escuchado pero a los que me moria de ganas de oir). Por otro lado esa misma necesidad me hizo buscar a la gente de mi quinta. A nivel de grupos, a los primeros que entrevisté fueron Último Resorte, Kangrena, Decibelios y Attak; de peña, a los primeros que conoci fueron el David Skin y a la peña del Guinardó: el Perro, el Damned, el Poly, el Saina, el Gargajo... Paralelamente, con mi hermano fuimos haciendo nuestro “club” con algunos chavales que nos ibamos cruzando en conciertos, el “Sisa”, el “Sanguinetti”, el Carlos (actualmente “Tío Carlos”)... Todo esto sucedió entre el 82 y el 83.

¿Puedes definirnos tu look en tu época de punk primerizo?
Yo era muy ramoniano, pero de chupa tejana; tuve una cruzada de cuero que a duras penas me duro una semana pues me la dejé en un coche en la puerta del local de ensayo quince minutos y me “desapareció”. Chapas, alguna muñequera de pinchos, camisetas autodecoradas o algun jersey negro de lana y tipo “red”, un collar modelo “cadena de WC”, tejanos rotos, botas militares... Como decía, era ramoniano; o sea, el pelo en general media melena, solo alguna noche especial y muy en la primera época me ponia el pelo de punta.

¿Cuáles eran tus pasiones entonces? ¿Qué discos te chiflaban?
Mi pasión era la musica, hablar con grupos, leer revistas, escuchar maquetas y discos... Al principio flipaba con Ramones, Sex Pistols y con el primer disco de los Clash pero nos empapábamos con todo lo que llegaba de fuera y llevara la etiqueta “punk” (era muy corriente encontrar en las tiendas de discos material de grupos desconocidos con la etiqueta “punk rock” en la portada acompañada de un logotipo de un puño con una muñequera de pinchos). De entre esos grupos yo alucinaba con Slaughter & the Dogs, con Boys y con Cock Sparrer; también escuchaba bastante musica que se relacionaba con el punk pero que no estaba muy claro si lo era, me refiero a Police, al impresionante primer disco de Devo o a Fischer-Z, por ejemplo. Después ya llegaron Dead Kennedys, y a partir del 82, cuando entré en contacto con otros punks, conoci a Discharge, Crass... De aquí quienes más me influenciaron fueron los Kangrena, pero los discos de Último Resorte me volvian (y me vuelven) loco. Llegué tarde por unos meses para ver a Attak, pero la maqueta que pasaba de mano en mano era brutal. A nivel estatal el primer disco punk que me marcó fué el de PVP.

¿Bailábais?
Si a eso se le podia llamar bailar... Haciamos pogo, o sea cualquier tipo de movimiento que te sugiriera la música que escuchabas, y normalmente con la música que escuchábamos lo que hacíamos era darnos hostias entre nosotros. Principalmente y si habia ganas de pasarselo bien, “en familia”, las hostias eran hombro contra hombro, (habia que tener cuidado con los codos, para intentar no hacer daño) pero siempre aparecia alguien más colocado que, o bien se llevaba por delante todo lo que encontraba entre él y el escenario, o se liaba a puñetazos contra todo el que estuviera en la pista.

¿Habían muchas chicas, o lo recuerdas como un entorno más bien masculino?
Los primeros años sí que era bastante masculino pero creo que era por la epoca que viviamos, en la que las mujeres estaban todavia muy reprimidas. Un par de años después las chicas eran probablemente mas numerosas que los chicos y existían muchos grupos de chicas. Al principio, las chicas que formaban parte de nuestro entorno creo que seguian también una necesidad visceral, eran muy fuertes; una chica sola era capaz de plantar cara a unos cuantos idiotas que se le quedaran mirando, ya fuera por enseñar los pechos, por llevar un peinado inusual o por vestir con ropa “poco adecuada”. Ellas creo que tuvieron mucha más importancia social con sus actos que nosotros: Silvia, Rosa, Alicia, Margui, Pa, Paloma, Mercè, Georgina...

¿Todavía te sientes punk? Si la respuesta es no: ¿Por qué te distanciaste de tu subcultura?
Claro, defiendo lo mismo que entonces, vive y deja vivir. Lo que he aprendido estos años, que ya intuia cuando me hice punk, que ya me habian explicado pero que no habia constatado, es que está lleno de cabronazos a los que les gusta joderte. Y por eso mi monodedicación en 1982 -cuando vivia en casa de mis padres- que era la música, se ha tenido que acostumbrar a dividir el tiempo con, por un lado, buscarme las alcachofas y, por otro, intentar que no me callen y continuar expresándome con libertad.

¿Qué piensas de las generaciones que han continuado la tradición en las décadas posteriores?
Como te decia me sigo sintiendo punk y tengo cuarenta y dos años, una hija, una casa... Me gusta que decir que soy empresario aunque realmente es una cuestion de autoempleo, sigo siendo un provocador, vamos. Me gusta ver a esos chavales que plantan cara a la policía cuando esta se pone violenta, como me gustan esos chavales que sienten con la musica algo especial y le dedican todo su tiempo, autoorganizándose, me da igual como vistan, los tiempos cambian pero la rebelión permanece. Fui punk porque viví ese momento, nuestros padres musicales (Iggy, Lou Reed...) nacieron a finales de los cuarenta pero para nosotros tambien eran un poco punks, aunque ellos desconocieran esa palabra. Hoy en día vivimos en un gran mercado, pero la resistencia cultural y social continua.

(En todas las conversaciones sobre antropología tribal barcelonesa de los 70's y 80's suele aparecer un nombre: Joni Destruye. Un niño punk que formó el grupo Epidemia, fundó el fanzine Barna Rock y quedó grabado de manera entrañable en el recuerdo de todos los que estaban allí. En La Escuela Moderna hemos seguido las pistas para llegar a él y ofrecerle nuestro cuestionario subcultural Yo Fui el Primer... Joni Destruye nos lo devolvió contestado con gran pasión y sentido común, como puede leerse aquí. La foto adjunta es de febrero del 83, a los 14 o 15 de Joni, y fue tomada en un concierto de Epidemia. De nuevo queremos insistir en que el título "Primer" es sólo una forma de situar a todos los entrevistados en la categoría de exploradores iniciales y pioneros de este maravilloso asunto del culto juvenil, y hacerlo de la clásica manera mitológico-competitiva que es uno de los sellos originales del tribalismo working class. Por supuesto, algunos de los participantes en este proyecto no serán los primeros, sino sextos, octavos, o quién-coño-se-acuerda-ya. Pero para nosotros su memoria continua siendo vital)