28 de març 2007

En la boîte del soul


Sensacional Soul Un doble álbum recopila al fin los intentos ibéricos de practicar música soul afroamericana

Pero, ¿Qué es soul?
Se lo diré: El soul es la música más importante que existe. El soul, ese grito de puro sentimiento que es hijo del gospel secularizado y el blues afroamericano, es emoción pura, desnuda, emoción que toca hueso. El soul es, por el valle de lágrimas del que surge, por la fuerza emocional –como decía Kevin Rowland de Dexy’s Midnight Runners- que acarrea, la más dramática y empática de las músicas. Cada canción es un nuevo intento de transmitir emociones, de desnudar estómagos y corazones, de confesarlo todo: la debilidad, el sufrimiento, la traición y, ante todo, la suprema belleza del estar respirando en el mundo. Soul es... O sea, traduzcan la palabra. Alma. Soul es espiritualidad y pureza, y también lo que el académico Dave Godin (el fallecido “evangelista del soul”) definió como significance. Trascendencia. Un matiz que viene directamente de la época esclavista, y que implica dotar a cada canción de un significado subliminal mucho más profundo que lo que el –a veces- intrascendente mensaje sugiere. Esa trascendencia, además, es REAL. No es, como en el caso del rock sinfónico, un decorado de pomposidad para dotar de pathos a cuatro discos infantiles de estudiantes mimados. El soul es música vivida. Viene de lo más hondo y sincero de la experiencia humana. Solo escuchen It’s an uphill climb to the bottom de Walter Jackson. Can I change my mind de Tyrone Davis. Shoes de Bobby Bland. Showdown de Kenny Carter. The tracks of my tears de Smokey Robinson. “Al escuchar esas canciones”, preguntaría Rowland, “¿Te convencen de que todo el mundo implicado creía en lo que estaba haciendo?”. Jesús, sí. Claro que sí.

Soul del país
Hace tiempo traté de convencerles de que también hubo pop en Lleida, y ahora voy a hacer lo mismo con el soul a nivel peninsular. Esta vez estoy menos convencido, pero no me abandonen aquí, en este paraje desolador. La excusa es el maravilloso recopilatorio Sensacional soul, un doble álbum que ha sacado recientemente el sello Vampi Soul y que compila dignamente y de una vez por todas la música soul que se hizo en España a finales de los 60 y principios de los 70. Hubo intentos anteriores (los recopilatorios El soul es una droga) pero nunca se había hecho con tanta meticulosidad y amor al detalle. Así, la pregunta que veo en sus labios es: ¿Pero hubo o no hubo spanish soul? Verán, lo cierto es que no estoy muy seguro. Los propios recopiladores admiten en las ricas notas que acompañan al vinilo que el soul, en relación al pop hispano del momento, fue “combustible para incendiar las pistas de baile de las discotecas”. Y combustible es poco. Escuchando los grupos que integran Sensacional soul uno casi puede oler la materia negra que defeca el Nibbler de Futurama, el carburante más potente de la galaxia. Es innegable: este material haría bailar a personas fallecidas. Eso no se discute. Lo único que se discute, poniéndonos puristas (y nos estamos poniendo puristas) es si era soul o no. Y la respuesta es que no mucho, la verdad. Como dijo uno de los expertos soul del consejo de ancianos a lo Krypton que reuní antes de ponerme a escribir, lo que trae este disco es “música pop orientada a la pista de baile”. En los términos comentados en el párrafo anterior, el Woovy Groovy de Los Buenos tiene la fuerza emocional de un eructo. Y –eh- no pasa nada. Es fenomenal música de baile, beat acelerado, ese sonido de club mod que podría definirse como pop ácido con trompetas. Muchas trompetas. Cuando el soul impactó en el planeta (gracias al éxito explosivo de Atlantic/Stax y Tamla Motown) todo el mundo puso trompetas en los discos; hasta los Beatles, siempre tan avispados, metieron ese Got to get you into my life en el Revolver. Así pues, no es extraño que hacia 1967-68, todo hijo de vecino añadiera secciones de metal en sus temas. Y repito: Qué grandes temas. Qué bestiales llamadas a golpe de cuerno normando para menear el esqueleto. Lo único que tienen que hacer es no ponerlas al lado del mencionado Showdown de Kenny Carter, y asunto arreglado.

Mi selección
Es difícil escoger un puñado de entre los 37 himnos al despiporre que junta Sensacional Soul, es difícil. Tony Ronald se marca un clásico Summertime, creyendo que no sabremos que la fusiló de la versión de Billy Stewart. Conexión, el grupo en el que militaba Luis Cobos (en serio) hacen I will pray, un temón ultrarrápido que es medio rock progresivo bailongo a lo Màquina, medio Hawaii 5-O, con añadida voz negra (o lo que los españoles creían que era poner voz de negro). Varios grupos de la legión extranjera (músicos foráneos afincados aquí) superan con creces el listón del funk decente: The Presidents (que sí tenían algun miembro afroamericano), TR Selection (con una buena lectura del Kool & The Gang), y Las 4 Monedas (unos Jackson 5 venezolanos; no se pierdan sus incursiones en el ska y reggae). Henry Vidal y su Grupo Pop se curran un Black bird que es como el Soul finger de los Bar-Kays pero con matasuegras. Otro Henry, esta vez de los multinacionales Henry & The Seven, brinda su You love me, puro pop psicodélico con vientos a tope. ¿Qué mas? Un tal Koldo copia a Otis Redding con el tema Disc-man, lleno de los gatta-gatta-gatta típicos del americano. El Tuset Street de Los Gritos provoca lo contrario que el soul -llorar bailando- creando risas danzantes (“podrás bailar con el pop, con el beat, con el sul...”). Pero mis favoritos finales, es hora de sacar al vencedor, son: Algo por nada de Los Huracanes, Simpatía en soul de Los Jóvenes, Vestido azul de los venezolanos Shelly y La Nueva generación (puro Brian Auger/Julie Driscoll) y la alucinante Tabasco de Los Pekenikes, como un El hombre y la tierra desfasado, kung-funiano, flautista y rompepistas. Escojan ustedes los suyos.
Kiko Amat

Sensacional Soul
VV.AA.
(Vampi Soul / Munster, 2006)


(Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia del 14 de marzo de 2007)

Hungry Beaters for Chris Leo

Una representació oficial dels Hungry Beat vam ser convidats generosament pel Joan Guardia a punxar cançons abans i després del concert de Chris Leo (ex-The Van Pelt, ex-The Lapse) del dia 15 de març, a l'Heliogàbal. Les cançons que vam posar, enmig d'una tempesta d'alcohol, son les que us posem aqui abaix. El propi Leo va venir a la cabina en el moment que sonava Bert Jansch per demanar per favor "que no posessim guitarristes millors que ell". Quin conyón.

Uri Amat
Small Faces- afterglow
Eurogrup- Pot's sentir-me?
Rain Parade- This can't be today
Pink Fairies- Do it
The Feelies- Too much
Lyres- She pays the rent
The Clientele- My own face inside the trees
Robyn Hitchcock- If you were a priest
Pink Floyd- Arnold Layne
Edwyn Collins- 50 shades of blue
The Who- The good's gone
The Hollies- I can't let go
Syd Barrett- Gigolo Aunt
The Prisoners-Hurricane

Kiko Amat
THE PENTANGLE Light flight
JUDEE SILL The lamb ran away with the crown
THE LA’S Way out (7” version)
PO! Glass king
ECLECTION Nevertheless
BERT JANSCH Angie
THE DILLARDS The biggest whatever
WEEKEND A life in the day of... Pt. One
ALTON & HORTENSE ELLIS Can I change my mind
JIMMY WEBB Feet in the sunshine
PHIL OCHS Pretty smart on my part
LAURA NYRO American dreamer
COUNT FIVE Psychotic reaction
LOS SIREX San Carlos club
THE JASMINE MINKS Painting / Arguing
THE GAME It’s shocking what they called me
WALTER JACKSON It’s an uphill climb to the bottom
THE LEAVES Hey Joe
OXFORD COLLAPSE Let’s vanish
THE BEAT Best friend
THE SHINS Sealegs
THE WOLFHOUNDS Cold shoulder
LE PIANC A bowl of worms
THE ORCHIDS What will we do next?
DIE PROFIS Falscher ort, falsche zeit
GENERATION X From the heart (BBC Session)
JOHN'S CHILDREN Desdemona
BIKINI Le vide de tes nuits
THE CHORDS In my street

22 de març 2007

Un tribut als porcs senglars


Aquests mamífers salvatges han començat el que molts eco-warriors haurien d'haver fet fa temps. Serveixi aixó com a tribut.
Pitjeu al títol d'aquest post per saber de que cony estic parlant.

16 de març 2007

BBB: BUM al Bullitt de Bilbao

El 9 de març del 2007 vam presentar el Cosas que hacen BUM (Anagrama) a Bilbao, a la llibreria Anti. Després de la presentació, es van posar -inevitablement- cançons celebratives i conmemoratives al club Bullitt. Als wheels of steel ens acompanyava el collector convidat, Diego Flofo. Aquestes son les cançons que vam posar:

Kiko Amat
WEEKEND Drum beat for baby
PERE UBU Street waves
THE BEAT Doors of your heart
THE DONKEYS Don’t go
BRIGHTON 64 No volverán
THE BUREAU Let him have it
ORANGE JUICE Felicity
DELTA 5 Anticipation
KAMENBERT Último grito
OUTSIDERS Touch
THE NIPS Gabrielle
THE DB’S Ask for Jill
RESTRICTED CODE Love to meet you
THE JUNE BRIDES Sunday to Saturday
MAXIMUM JOY White and green place
ALTERNATIVE TV Life
PEZBAND On and on
LILIPUT Die matrosen
DUMMIES When the lights are out
TINA HARVEY Nowhere to run
THE GAS Ignore me
DIANE LEWIS I thank you kindly

Diego Flofo
Primer set
CRAIG "READY STEADY LET´S GO" (FONTANA)
THE FAVOURITE SONS "THAT DRIVING BEAT" (MERCURY)
RICK AND SANDY "LOST MY GIRL" (DECCA)
THE SPECTRES "NEIGHBOUR, NEIGHBOUR" (PICCADILLY)
TONY RITCHIE "COMIN´ON STRONG" (GNP CRESCENDO)
THE MOVEMENT "TELL HER" (PYE)
BIRDS BIRDS "SAY THOSE MAGIC WORDS" (REACTION)
THE EYES "YOU´RE TOO MUCH" (MERCURY)
THE RUNAROUNDS "YOU LIED" (M-G-M)
THE SQUIRES "GOING ALL THE WAY" (ATCO)
THE MOVING SIDEWALKS "99TH FLOOR" (WAND)
THE HIGH NUMBERS "ZOOT SUIT" (FONTANA)

Segundo Set
LA GRANJA "LOS CHICOS QUIEREN DIVERSION" (DRO)
LOS NEGATIVOS "PASANDO EL TIEMPO" (VICTORIA)
AGENTES SECRETOS "UN SER EXTRAÑO" (CAMBAYÁ)
LOS NADA "CARIÑO" (OJO RECORDS)
PISTONES "LAS SIETE MENOS CUARTO" (TWINS)
091 "FUEGO EN MI OFICINA" (DRO)
LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS "VAQUEROS DEL ESPACIO" (TRES CIPRESES)
LAS CHINAS "EL HOMBRE SALVAJE" (RCA)
FARMACIA DE GUARDIA "SOY UN CADAVER" (DRO)
LOS ELEGANTES "ME DEBO MARCHAR" (RECORD RUNNER)
LOS NIKIS "10 AÑOS EN SING-SING" (TRES CIPRESES)

Elegante desespero

Cómic Daniel Clowes vuelve en Ice Haven a observar por el microscopio la soledad y la falta de rumbo del americano medio

No lean esto si están optimistas. No lean esto si su bebé acaba de descubrirse la mano, si la revolución ha empezado al fin o están pasmados ante una puesta de sol pensando que la vida es fundamentalmente algo hermoso. Daniel Clowes arruinará todo eso para ustedes, y lo hará de aquella forma quieta y discreta que tienen sus cómics de hundirle a uno. Porque a pesar de que nunca hay grandes tragedias en sus historias, a pesar de esa falta de envenenamientos masivos, psicoasesinos y enfermedades muy gordas, el final siempre es el mismo para nosotros, sus lectores: el abatimiento. El suspiro. El pensar, como en aquella canción de Biff Bang Pow!, que “tiene que haber una vida mejor que ésta”. Sí, Ice Haven es deprimente, y lo es porque la vida es deprimente también. O al menos lo es ahora, al terminar el libro. Si no recuerdo mal, esta mañana yo era William Morris, y la raza humana solo iba a depararme sorpresas felices, y yo silbaba desnudo por los campos de trigo cogido de la mano de una campesina rubicunda; todo iba bien. Y entonces, algo cambió.

Ice Haven es el último trabajo de Daniel Clowes publicado en nuestro país. Clowes (Chicago, 1961) es actualmente el mejor autor de comic books para adultos –esto es, aquellos en los que no aparecen americanos con mallas lanzando rayos. Digo mejor, y quiero decir mejor. Porque aunque está Adrian Tomine, y está el Blankets de Craig Thompson, y está Chester Brown y tantos otros, nadie se acerca a Clowes en cuanto a fecundidad, profundidad y coherencia. David Thompson (de Pere Ubu) dijo que su propia carrera musical estaba hecha de múltiples puntos cuyo sentido aparecía al observar el todo, y lo mismo puede aplicarse a Clowes: la serie Eightball, David Boring, la hollywoodizada Ghost World, Dan Pussey... Todos comparten esa atmósfera Clowesiana de desesperación muda, de personajes sin rumbo que deambulan por el mundo como hormigas en un terrario transparente, aparentemente desconcertados, preguntándose ante nuestros ojos (o no preguntándoselo, en la mayoría de los casos) cuándo se resquebrajaron todas las aspiraciones y sueños. Ice Haven es sombrío, ya dije, como lo son todos los previos trabajos gráficos del autor, y les voy a contar ahora mismo por qué creo que lo es.

Con su estilo engañosamente pulcro, ese estilo que parece beber de todas las fuentes clásicas de todas las eras del cómic americano (del Gasoline Alley a Li’l Abner al Love & Rockets de los Hernández Bros o la escudería Mad), Clowes logra un resultado altamente perturbador. Es el contraste entre la inocencia del dibujo y lo traumático de la historia (en este caso, las vidas interconectadas de los habitantes del pueblo que da título a la obra) lo que crea esa sensación opresiva de irrespirabilidad y peso-del-mundo-en-las-espaldas. Y sin embargo, recuerden, en Ice Haven no pasa nada terrible; el hilo conductor de la historia es la desaparición de un niño, pero lo que nos agrieta el alma son los fracasos enanos, las esperanzas truncadas, las infidelidades patéticas de cada uno de los personajes que se cruzan en sus páginas. Poco importa si se trata del poeta fracasado Random Wilder, el crítico de cómics Harry Naybors, la adolescente confusa Violet Vanderplatz o Charles, el niño prodigio. Es el choque entre lo gráfico de la miseria cotidiana y el trazo elegante de Clowes lo que produce infaliblemente aquel efecto chocante de tibio desespero; es lo mismo que consiguió Peter Jackson en Meet the Feebles, cuando filmó a marionetas estilo Teleñecos inyectándose heroína. O la sensación bicolor que dejan las canciones de Motown; bailables y alegres, pero con letras que hablan de cuernos y rumores feos. En todos estos casos alguien está acariciándonos la cara, pero en la palma de su mano hay salfumán del bueno. Clowes podría ser sucio, soez o sangriento si quisiera, pero decide ser todo lo contrario: nítido, Hanna-Barbérico, clasicón, fifties incluso. Y, como sucede con las películas de Todd Solondz, esa elegancia lo empeora (o sea, mejora) todo. Ice Haven es sensacional, cierto, pero ahora quién nos extirpa este peso del pecho. ¿Eh? Kiko Amat

Ice Haven
Daniel Clowes
Reservoir Books / Mondadori
91 pág.

(Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia)

Crol hacia el morrón

Novela Un pintor paupérrimo protagoniza la primera novela traducida al castellano del prolífico autor neoyorquino Arthur Nersesian

Voy a contarles una historia bonita, una historia de coincidencias encadenadas que terminan bien. Esa historia traza una línea que empieza en Fugazi (el inspirador grupo de hardcore avanzado de DC) y lleva hasta la publicación de Arthur Nersesian en castellano. Sí señor: Fugazi provocaron que Nersesian se haya publicado en nuestro país, y ahí empieza la historia bonita en 7 lindos eslabones: 1) A mi hermano le gustan Fugazi 2) Mi hermano entrevista a Fugazi para una revista 3) En la entrevista el cabeza del grupo, Ian McKaye, le recomienda The fuck up, el primer libro de Arthur Nersesian publicado en Akashic Books (la editorial que lleva un tipo del grupo Girls Against Boys) 4) Por esas dos conexiones mi hermano se compra el libro 5) Me da la paliza a mí y a N para que lo leamos 6) N acaba dándole la paliza a Camila Enrich, la editora de El Aleph, que 7) Decide publicarlo. ¿Qué les parece? De todo ello se deduce que, de no existir Fugazi, Nersesian no hubiese sacado aquí El nadador del Lower East Side. Bestial, lo sé.

Pero, ¿Nersesian? Ahora mismito les cuento. Arthur Nersesian es un autor de NY que sufre de prosa incontinente y maníaco ritmo cuenta-cuentil. Ya lleva publicadas –déjenme pensar- seis novelas de ritmo frenético y estilo maqueado, y todas ellas tienen en común el gusto del escritor por hacérselas pasar bastante canutas a sus personajes. En sus propias palabras, “comparto hasta cierto punto las frustraciones de mis protagonistas: Leslie Caldwell (de Suicide Casanova) es derrotado por su neurosis sexual, Joey Aeiou (de Manhattan Loverboy) sufre en su búsqueda de identidad y Orloff Trenchant (de El nadador del Lower East Side) realiza sacrificios diarios por su arte”. Y mejor no hablar de The fuck up, que –como su propio nombre indica- es una agotadora sucesión de meteduras de pata irreparables y auto-zancadillas descalabradoras. Pero, dejando de lado esa tendencia a magullar a sus personajes, déjenme decir que Nersesian es un gran escritor. Como George Saunders, cree en la eficiencia, la claridad, la acción y la velocidad (aunque añade a esos atributos “ingenio, intelecto, suspense y poesía”). Como Jonathan Lethem, aunque sin la tendencia al listado de éste, sus libros están salpicados de referencias gustosas (en el libro que nos ocupa se cita a Edward Gorey, el Loving de Henry Green y más cosas buenas); o sea, las referencias son importantes. Puestos a citar, digo yo que mejor citar gloriosamente, ¿no? En cuanto a sus influencias, Nersesian apunta distintos escritores para distintos libros: Bukowski en The fuck up, Kafka en Manhattan Loverboy (yo hubiese dicho, si me permite el autor, Vonnegut y Terry Southern), PG Wodehouse en Unlubricated, Henry Miller en El nadador... Una selección sin borrones, ya ven. Déjenme solo añadir que Nersesian –como cualquier escritor honesto que se precie- sitúa siempre sus novelas en un entorno que conoce a fondo: New York. Y ese es un buen punto de partida para saber si un narrador es sincero o un charlatán plomizo.

Respecto a El nadador del Lower East Side, es la historia de Orloff Trenchant, un pintor casi-indigente sobreviviendo en New York. Pensado al principio como parte de una trilogía sobre jóvenes artistas neoyorquinos en apuros (con Dogrun y Unlubricated), el desinterés del mercado editorial hizo que acabara adquiriendo status independiente. Como no podía ser menos, Orloff (Or para los amigos) las pasa moradas. Todavía en proceso de desembarazarse del recuerdo de la novia que le dejó, y de la pesada carga de un trauma infantil que no voy a contarles, el pintor vive en su furgoneta y lucha por terminar su monumental obra El nadador del East River. Golpe de suerte: un amigo le presta un estudio, y un multimillonario le encarga esculpir una colosal lápida en forma de caja de comida china para llevar. Golpe en los genitales: Or se enamora de una yonqui terminal, Rita. Como sucede en todas las novelas de Nersesian, el tempo de la obra viene marcado por la cercanía tic-taqueante de la fecha de entrega de algo -en este caso la lápida- y el tempo es, claro, febril. Una cosa más: Aunque esté enmarcada en el mundo del arte, uno no necesita haber pasado cinco años en la facultad para comprenderlo; Nersesian siempre ambienta sus libros en un milieu comprensible, nítidamente narrado. El nadador del Lower East Side es, acabáramos, un libro para gozar y trepidar y que confirma a Nersesian como uno de los autores norteamericanos con más ojo y finesse de la actualidad. Se lo juro, si hace falta. Kiko Amat

El nadador del Lower East Side
Arthur Nersesian
El Aleph
318 pág.

(Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia de ahora no me acuerdo cuándo)

13 de març 2007

La veritat del cas Veiret...

Encara que la crítica de les noticies setmanals es un tema que toca més "La Patata" (veure links), avui una excepció. M'ha sorprès en quantitats industrials sentir avui a les Noticies de la radio que treien com a noticia bomba el cas (que els mateixos mitjans de comunicació van inflar fins a la nàusea) del senyor que, tornant de vacances, es va trobar que el seu pis havia estat "okupar" per una colla de "sudamericans". La noticia d'avui era… tot era una gran mentida! Resulta que la familia d'aquest senyor no només es propietaria de tot l'immoble on es troba el pis sino que, a més, aquests "sudamericans" pagaven religiosament el lloguer de cada mes.
Us adjunto el comunicat que van fer els de Observatori contra l'Especulació el dia 21 de febrer de 2007… encara que no ha surtit als mitjans mainstream fins avui!!! Crec que el comunicat es definitiu, no hi afegeixo res més:

La veritat del cas Veiret...


La veritat del cas Veiret és que no n'hi ha de cas. L'anomenat "cas Veiret" és una barreja de mitges mentides i d'un ús molt interessat dels mitjans de comunicació perquè:

1. La familia Veiret és propietària de tot el bloc del carrer Urgell, així com de xalets fora de Barcelona.

2. En Carles Veiret, propietari del 25% del bloc, no viu al pis que ha estat centre de la polèmica. Aquest pis ara mateix està buit.

3. Les fotografies d'en Carles Veiret dormint a casa d'un amic són un muntatge.

4. Els xilens eren llogaters de la familia Veiret. Pel motiu que sigui la família va decidir que se’ls volia treure de sobre ràpidament.

5. La diputada del PP Montserrat Nebrera i Luis Miguel Pahissa, president de l'associació de propietaris de Catalunya, i propietari únic el bloc contigu del num. 70, van aconsellar al senyor Veiret presentar-se davant els mitjans de comunicació amb la falsa història de que uns desconeguts haguessin entrat a viure casa seva.

Per tots aquests fets volem denunciar que el cas Veiret és un muntatge organitzat per manipular la opinió pública amb dos objectius:

Electorals: crear sensació d'inseguretat ciutadana i de desgavell. Donar vots a la dreta que promet molta més mà dura.

Protecció dels especuladors: Fa uns mesos la pressió ciutadana i la greu crisi d’accés a l’habitatge han obert un debat sobre com donar ús als 300.000 pisos que hi ha Catalunya. Davant això, els grans beneficiats del cicle especulatiu que ara acaba, ultraprotegits per una legislació que prima la propietat sobre el dret fonamental a l’habitatge digne, tenen la caradura d’orquestrar una campanya per preservar els seus interessos. S’està utilitzant la figura de l’okupa per tal de generar una por infundada entre el petit propietari o l’hipotecat quan la diferència real és entre qui utilitza els espais per viure i qui els utilitza per enriquir-se.

Observatori contra l'Especulació
21 de febrer de 2007

6 de març 2007

Somos los Neoístas, no nos escuchen


Neoísmo Una red de excéntricos trabajadores anti-arte colaborando con intensidad extremista son el -ismo que faltaba para el duro

1. La institución del arte es el brazo cultural de la burguesía. Memoricen esta premisa, porque si no esto va a ser como la caótica explicación de la “guerra psicológica” en La Cizaña de Astérix y Obélix. El arte, lo dijo Stewart Home, “es una religión secular que proporciona una justificación universal a la estratificación social, que proporciona a la clase dirigente el cemento social de una cultura común, mientras que simultáneamente excluye a la mayoría de hombres y mujeres de la participación en este territorio superior”. El arte es definido conceptualmente por una élite que se auto-perpetúa, y convertido en mercancía-comodidad por la misma élite. Hasta el estudiante de Historia del Arte más pusilánime y espinazo-de-gelatina sabe que el arte es un invento burgués y que justifica una jerarquía. ¿Grandes palabras? Se lo diré de otra manera: esto del arte se lo inventaron los ricos pa’ poder vivir del cuento. La negación más radical de la idea del artista genial (o sea, el mito del “genio” utilizado como diferenciador social; o sea, la racionalización moral de que algunos hagan arte mientras otros se pudren en cadenas de montaje), es el pilar básico de la mayoría de grupos de vanguardia subcultural, y los neoístas no son una excepción. Por cierto: estoy disponible para fiestas infantiles y debates televisivos.

2. Los neoístas fueron una subcultura internacional influenciada por los futuristas, fluxus, dada y el punk. Como los primeros, estaban obsesionados por la tecnología –en su caso, ordenadores y video- pero resultan aún más difíciles de categorizar en la tradición de revuelta anti-arte que los precede. Sus preceptos tenían que ver con lo enunciado antes, pero tanto su negación de la identidad como su negación del neoísmo les hacen más viscosos que todos ellos. El neoísmo nace hacia 1979, y surge del Mail Art, un exitoso proyecto de democratización/supresión del arte basado en el intercambio del mismo por correo. Aunque ahora no toca centrarnos en ellos, sí conviene apuntar que el Mail Art es uno de los pocos movimientos que casi alcanza sus objetivos; eran su naturaleza radicalmente democrática –en oposición al elitismo del arte burgués- y la cantidad de gente implicada los que impedían su etiquetaje como “alta cultura”. Esta militancia abierta era tan numerosa que ponía la categoría de genio en duda, al fin. ¡Yup-pi!

Pero sigamos. Los neoístas, pues, surgen del entorno Mail Art y extraen de él uno de sus mayores logros: la identidad múltiple. La utilización común de un nombre público (Monty Cantsin al principio, hacia los 80-90 Karen Elliot, Luther Blissett, Wu Ming...) era un acto de subversión política y el rechazo definitivo de la originalidad. Incluso sus fanzines (todos llamados Smile) y sus grupos de música pop (White Colours) debían seguir este precepto. ¿Qué más hacían los neoístas para alcanzar lo que ellos llamaban “la gran confusión” y “el juego radical”? Festivales de Apartamento, eventos en casa de alguno de ellos donde se juntaban para realizar performances, pases de video y otras acciones destinadas a cuestionar la identidad y la unicidad. Aunque, como sucedía con el fluxus menos politizado, a veces uno tiene la sensación de que más bien era gente mayor haciendo bajanades de manicomio. Con muy buenas intenciones, eso sí. ¿Ejemplos? Istvan Kantor enmarranando cuadros con su propia sangre. Kiki Bonbon con su corto Flying cats: dos hombres en pasamontañas sacan gatos de una bolsa, uno a uno, y los lanzan al vacío desde un ático. A lo largo del filme, el protagonista repite: “El gato no tiene opción”. El llamado tENTATIVELY a cONVENIENCE, viajando en autobús a cuatro patas y atado con un collar a una mujer ciega, en su pieza Lazarillo neoísta. De hecho, el bueno de tENTATIVELY a cONVENIENCE se hizo medio famoso en 1983 cuando, ya metido en la Iglesia de los Subgenios, fue detenido por la policía en mitad de su representación Pee dog / poo dog copyright violation; estaba desnudo, cubierto de pintura blanca, golpeando dos cadáveres de perro en descomposición que colgaban del techo de un túnel, mientras 35 miembros de la “iglesia” bailaban al compás. La madre que lo parió...

3. Una escisión importante del grupo sería la Alianza Neoísta de Stewart Home. Home había sido, en mi opinión, el más interesante de los neoístas, y el único que había comprendido que destruir el arte es una pérdida de tiempo mientras siga existiendo la burguesía. Home fundó la Alianza Neoísta como una especie de bromazo ocultista, una orden secreta que le tenía a él de Gran Mago. Puesto que una de las únicas ideas que los académicos de la cultura seria encuentran aún repulsiva es la del ocultismo, razonaba, apliquémoslo a la vanguardia para que sea intocable.

Dos acciones resaltan de las practicadas por la Alianza Neoísta: Una es el piquete Anti-Stockhausen que realizaron en el Pavillion Theatre de Brighton en 1993. Stockhausen (el más elitista de los representantes del “arte elevado”, y el mismo malnacido que dijo que el jazz era “ritmo primitivo y bárbaro”) ya había sido piqueteado por el gran fluxus Henry Flynt en su Acción Contra el Imperialismo Cultural de 1964. Home lo repitió (es un plagiarista nato) treinta años después, intentando hacer levitar el teatro junto a sus secuaces. La otra acción es la que realizaron el mismo año contra la industria literaria. Los muy desalmados celebraron el suicidio del escritor Richard Burns (a la vez que invitaban a Martin Amis, Rushdie y Barnes a imitarle) distribuyendo entre los homeless invitaciones falsas –que prometían “Priba gratis, papeo y strippers”- para el Booker Prize. Un ataque salvaje contra la literatura establecida que, imagino, les daría mejores resultados prácticos que lanzar felinos desde grandes alturas. Kiko Amat

Neoism, plagiarism and praxis
Stewart Home
AK Press
207 pág.

El asalto a la cultura
Stewart Home
Virus Editorial
232 pág.

(Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia del 7 de febrero de 2007)

AbsolutZine

Para los interesados en la mierda que escribo, en la vertiente "músicos ingleses drogados", deciros que empiezo a, o mejor dicho, que vuelvo a escribir en la resucitada versión del malogrado Absolut, mítico fanzine hc-punk de la pasada década orquestado por BCore. Abandona el formato impreso por un aséptico formato de semi-blog, tal que éste en el que estais leyendo esto, pero de verdad. Ya sé que es un coñazo leer en una pantalla, pero es lo que hay, yo sólo colaboro con una columnilla (que aún no he enviado) y alguna review.
También me acompaña en esta nueva singladura Carlos, de La Patata de la Libertad. Espero que esta vez no nos quieran pegar todos los agro-cores, como la última vez…
Uri